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martes, 6 de diciembre de 2011

Capitulo 2

Llegamos a esa inmensa casa, eso no era normal juraría que podía ser un pueblo.

- ¿Os gusta? -Pregunta Justin mientras saca del maletero de su Lamborgini las maletas.

Mi hermana coge su peluche, es un oso, se lo compré yo cuando fuimos todo el orfanáto a la feria.

- Es bonita. - Respondo mientras observo como Justin saca las llaves de su bolsillo.

- Bienvenidas a la Masión Bieber, vuestro nuevo hogar.


- ¿No me digas que tienes un ego tan grande como para ponerle tu nombre a la casa?

- Bueno, puedo permitirme el lujo.

Justin sigue adelante, mi hermana y yo le seguimos algo asombradas por la maravilla que había ante nuestros ojos, un gran jardín lleno de flores y fuentes, luces y algún que otro arbusto con formas extrañas.

Llegamos a la puerta y me quedé mirado con asombro una gran 'B' que había en la puerta.

Abrió la puerta y nos hizo un gesto para que entrásemos, una mujer de unos cincuenta años vino corriendo, iba con un delantal y con una amplía sonrisa.

- Hola Justin - Puso una cálida sonrisa -¿Quiénes son estas señoritas tan guapas?

- Hola Maribel, bueno te las presento, ella es _____(TN), mi futura esposa.

Al decir eso a la señora se le cambió la cara por completo y me miró algo aterrorizada, yo intentaba no mirarla demasiado, podía sentir como mis ojos empezaban a humedecerse.

- Y esta princesita de aquí - Prosiguó Justin cogiendo en brazos a Alex - Es Alex, mi cuñada.

- Encatada de conocerlas señoritas.

- Maribel por favor, lleva a Alex a la habitación de arriba, yo le enseñaré la habitación a ____(TN)

Maribel asintió y cogió de la mano a Alex, le dijo algo al oído y mi hermana sonrió, supongo que mi hermana estará bien en un sitio como este.

- Bueno Justin ¿Dónde está mi habitación?

- Dirás nuestra habitación.

- No pienso dormir contigo ¿¡Estás loco!?

Justin hizo caso omiso a mis palabras y me cogió de la mano, me condujo hasta una grandes escaleras, y después de subirlas me llevó hasta una puerta, una puerta inmensa y de color blanco.

Justin se puso detrás mía y me tapó los ojos con sus cálidas manos, yo suspiré.

Sentí como la puerta se abría y Justin me empujaba un poco para que siguiera hacía delante. Yo hice caso y caminé, entonces con un susurro que hizo que me entremeciera Justin dijo 'Bienvenida a tu nuevo mundo'. Acto seguido me quitó las manos de los ojos y cuando vi aquella inmensa habitación me quedé alucinada, era algo impresionante, de un color beige claro, con un estampado precioso. En el centro había una cama enorme con unas sábanas que parcían carísimas y unos cojines del mismo tono que la pared, también había una inmensa televisión para quedarte toda la noche viéndola y debajo una chimenea.

Me giré hacía Justin que me observaba con una cálida sonrisa 'momento perfecto para el beso' pensé, pero no, no lo iba a besar porque no lo amaba, más bien lo odiaba pero todo esto lo hacía por mi hermana.

- ¿Te gusta?

- Mucho - Dije acercándome a un bonito sofá que había cerca de la chimenea. Pasé mis finos dedos por él, era realmente suave y parecía bastante antiguo.

- Pues aún hay más.

Me giré sobre saltada - ¿Más?

Justin asintió sonriente y se acercó a unas puerta, las abrió y cuando vi aquello quería morir, era el sueño de cualquier chica de dieciséis años, un vestidor, enorme.

- Ahora mismo está vacío pero ya nos encargaremos de eso más tarde, cuando hayas descansado.

- Justin, no hace falta todo esto, voy a ser tu esposa ¿no es lo que querías?

- Pero mi esposa se merece lo mejor.

- Bueno ¿Quiére sorprenderme con algo más Señor Bieber?

- Bueno, todavía queda mucha casa por enseñar, pero ¿Por qué no te das un baño antes?

Bueno, la verdad es que no me vendría nada mal ducharme, estaba algo cansada y necesitaba despejarme.

- ¿Dónde está el baño?

Justin me hizo un gesto para que lo siguiera, en esa misma habitación al fondo me abrió una pequeña puerta y entramos en un gran baño, con una bañera enorme, un ducha, espejos por todos lodos y con un olor a jabón y colonia de hombre que para qué negarlo, me encantaba.

- Las toallas están ahí - Dijo señalando un pequeño mueble con varias toallas dobladas de color morado y con un 'JB' bordado - Maribel te traerá ahora algo de ropa para que te cambies.

Yo asentí con la cabezá y observé como Justin salía de la habitación.

Me apoyé en el borde de la inmensa bañera, quería aclarar todo el lío que tenía en mi cabeza, joder, me iba a casar, no, esto no podía ser verdad.

Abrí el grifo de la bañera y dejé que se llenara, me desnudé lentamente y finalmente me introducí en la bañera.

Cogí un gel y llené todo de espuma, cerré los ojos, necesitaba un poco de tranquilidad.

Escuché como la puerta se abría y me levanté sobre saltada.

- Hola señorita ____(TN) vengo a traérle su ropa.

Yo asiento.

- Si necesita algo me avisa por el teléfono.

- ¿Qué teléfono? -Pregunto extrañada.

- ¿No se lo contó Justin? Hay uno en cada habitación - Dice señalando un teléfono que hay pegado a la pared de color negro. - Solo hay que pulsar el botón.

- Vale, muchas gracias.

Maribel sale del baño y puedo relajarme de nuevo.

Cuando llevo ahí más de media hora y estoy hecha ya una pasa decido salir de la bañera.
Me seco y me pongo la ropa, salgo del baño, observo la habitación, todavía me fascina lo grande que es y decido abrir de nuevo el vestidor, esta vez veo que no está vacío si no que tiene algo de ropa, la que me traje del orfanáto.

Salgo y veo de nuevo ese largo pasillo, me da miedo andar sola por esa amplía casa, vaya que me pierda, pero escucho unas risas, en una habitación no muy lejos de donde estoy yo, me asomo y veo una habitación rosa, rosa fuxia, con una gran cama y muchos peluches, encima de ella observo como Justin juega con mi hermana y no puedo resistirlo un pequeña sonrisa aparece en mi rostro.

- Bueno, entonces ¿Quién soy yo?

- Tú eres el rey de este castillo.

- ¿El rey? -Pregunta Justin divertido.

- Sí - Responde Alex con una amplía sonrisa.

- Entonces si yo soy el rey tu eres la princesa.

- Vale - sonríe satisfecha - ¿ Y qué es mi hermana?

Justin se queda pensativo . - Tu hermana... Tu hermana es la reina, ¿no?

- ¡Claro! - Grita Alex muy contenta.

Justin ríe y le da un dulce beso en la frente.

- Justin... ¿Me prometes una cosa?

- Dime princesa.

- Que nunca nos vas a dejar de nuevo en ese horrible sitio, con la señora Smith.

Al escuchar eso unas lágrimas se escapan de mis ojos.

- Es un buen chico ¿verdad?

Yo me sobresalto y me giro rápidamente, Maribel me mira con una dulce sonrisa.

- Eso parece - Digo mientras me seco las lágrimas.

- ¿Sabe? Cuando me dijo que se iba a casar con usted me asusté.

- Lo entiendo, si le digo la verdad, no siento nada por él pero quiero lo mejor para mi hermana y él me lo prometió.

- Creo que se equivoca.

- ¿Cómo?- Pregunto confusa.

- Usted si siente algo por Justin, puede que no sea amor pero si cariño.

Yo me giro de nuevo y observo como mi hermana está feliz, jugando con Justin en esa inmensa habitación.

- Puede que no lo odie. -Digo finalmente girándome para verla de nuevo.

Maribel sonríe, entonces siento como alguien me abraza por detrás, unos fuertes brazos pero que a la vez me gustan.

- Siento molestar esta interesante conversación pero tengo que seguir enseñándole el reino a mi pequeña princesa. -Dice Justin con una amplía sonrisa.

Yo sonrío y me separo de él, puede que me haya gustado que me abrazara pero tenía que seguir 'aparentando' no podía coger muchas confianzas.

- ¿Y quién es tu princesa? - Pregunto, aunque sabía perfectamente que se refería a mi hermana.

- Pues a la princesa Alex.

Mi hermana ríe y Justin la coge en brazos.

Bajan las escaleras riendo y jugando, yo iba detrás algo preocupada, no quería que se hicieran daño.

Nos enseñó toda la mansión, era enorme, tardamos todo el día, entre cine, jimnasio, piscina cubierta, piscina exterior, salón de fiestas, sala de estar, salón de juegos, comedor, cocina...

Miré la hora, ya eran las diez y media de la noche, hora en la que mi hermana debería estar ya en el tercer sueño y así estaba, después de cenar pusimos una película y Alex se quedó totalmente dormida encima de Justin, me encantaba observarlos era algo muy tierno, Justin tumbado con ella encima suya, pasando su mano suavemente por su cabello y con la otra haciéndole cosquillitas por el brazo, claro, así cualquiera se queda dormida.

- Voy a acostar a Alex. -Dijo Justin mientras se levantaba delicadamente para no despertarla.

Escuché como subía los escalones y abría la puerta de una habitación pero no escuché más.

Estaba concentrada viendo la película, era de dibujos y la verdad no me enteraba de mucho pero era graciosa.

- Falta la mejor parte por ver.

Yo me sobresalté, me giré y vi a Justin apoyado en el marco de la puerta.

- ¿A sí? - Pregunto con una sonrisita.

Justin asiente y se acerca a mí, me ofrece su mano, la acepto y me lleva hasta el salón donde está la chimenea y todos los trofeos me acerca a una puerta de cristal y la abre.

Me lleva de la mano hasta la piscina, entonces me hace un gesto  para que le espere ahí.

Yo espero impaciente y derrempente todo empieza a ilumnarse, era asombroso, la picina empezaba a cambiarse de colores, los árboles tenían unas pequeñas lucecitas en sus ramas, me fijo bien y en el fondo de la picina veo una 'B' eso me hace reír, todo en esta casa tiene que ver con él.

- Bonito ¿verdad?

- Es precioso.

Justin sonríe y se sienta en un hamaca, me hace un gesto para que me siente a su lado y yo abodezco.

- Justin ¿Por qué a mí? ¿Por qué casarnos?

- Bueno, puede decirse que en esta vida no te puedes fíar de nadie y bueno, te vi y ¿Por qué no? ¿Acaso no soy de tu gusto?

- Bueno, eres guapo pero tienes nueve años más que yo, no sé, es raro.

Justin suélta una carcajada y me mira.

- ¿Alguna vez has besado a alguien?

- ¿A qué viene esa pregunta?

- Tú solo contesta, puedes confíar en mí.

Yo bajo la mirada, mierda, mis mejilla empiezan a calentarse, me estoy poniéndo roja, es la cosa que más odio.

- ¿Me vas a contestar? - Pregunta con un tono dulce.

- No, no he besado a nadie ¿Y qué? Tampoco lo necesito. -Digo algo furiosa al darme cuenta de que no he tenido un vida normal, siempre he sido la 'chacha' de la señora Smith, nunca me han querido de verdad y dudo que vayan a hacerlo alguna vez.

- ¿Cómo que no lo necesitas? Me tendrás que besar a mí ¿no? ¿O vas a ser la 'típica esposa aburrida'?

Yo río, no sé como lo hace siempre me saca una sonrisa.

- Bueno, si tengo que besar a alguien quiero que sea especial no por obligación.

- Lo entiendo, pero ese alguien voy a ser yo. - Dice con una sonrisa burlona.

- Ya veremos..

Justin borra la sonrisa de su rostro haciéndome estallar a carcajadas.

- Justin, tengo sueño ¿vámos a la cama?

- Mátame.

- ¿Qué? - Pregunto confusa.

- Acabas de decir 'vamos'.

- Bueno, tengo que dormir contigo ¿no? - sonrío.

Justin también sonríe y me coje de la mano para llevarme hasta la habitación, cuando estamos en la puerta el me sonríe y me coje como a una princesa, luego me pone delicadamente en la cama, dejándonos a tan solo unos centímetros, mi corazón empieza a latir fuerte pero por fín se separa y se acerca a la televisión, la pone y segudamente se quita la camiseta, vale tiene un cuerpazo impresionante y a mi edad la hormonas están algo revolucionadas.

- Justin, ¿no tienes parte de arriba del pijama?

- ¿Qué pasa? - Pregunta con una sonrisa pícara.

- Nada - Suspiro y me tapo con las sábanas, siento como Justin se acuesta a mi lado, se acerca mucho a mí, demasiado diría yo y me da un dulce beso en la mejilla.

- Buenas noches mi reina.

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